por Irene Bianchi

·      Chicas, me parece que ya es hora de renovarnos un poco, ¿no creen?
·  ¿Por qué no? Hay unos renovadores de cuero fabulosos. Y para las que están todas “hechas”, también hay revividores de siliconas que andan bien.
·   No me refiero a nuestro aspecto, Mecha. Ese ya es un esfuerzo digno de mejor causa. Hablo de cambiar el After Office por otro lugar de encuentro.
·      Para el geriátrico todavía no estamos, Greta.
·      Dejáme terminar, ansiosa. Ahora la onda es el “After Gym”.
·   ¿After Gym? ¿Estás loca? Eso quiere decir que antes hay que hacer “abominables”. Conmigo no cuentes. Me canso de sólo pensarlo.
·     Mecha tiene razón, Greta. Además no podés ir toda sudada, con los pelos revueltos, de yoguineta y zapatillas, cero maquillaje. ¿Quién te va a dar bola?
·      Es que no vas directo del “spinning” a la fiesta. Antes pasás por la ducha, te arreglás un poco, y después te encontrás con todos esos bombonazos que viste en el salón de musculación, pero en un contexto más festivo.
·      ¿Y los pocos gramos que bajaste corriendo en la cinta los recuperás con el primer trago? No es negocio, nena. Guita tirada.
·       Podés no tomar alcohol. Hay jugos naturales, batidos, licuados.
·       No sé. ¿Y si los del salón de musculación juegan para el otro equipo y te ensartás? Tener tubos y lomazo no es garantía de nada últimamente.
·       Aggiornáte, Irma. Si hasta Obama ahora apoya el matrimonio gay.
·       ¡Qué viva! Porque está en plena campaña. Oportunismo electoral, que le dicen.
·       ¿Te parece? ¿No lo hace de corazón?
·       ¡Qué ingenua! Por naturaleza, los políticos no tienen corazón. En su lugar, hay una calculadora que no deja nada librado al azar.
·       ¿Sabían que piensan convertir a “Harrods” en un shopping para público gay?
·       No me extraña. Ahora los discriminados somos los otros.
·       Pará. No va a ser excluyente, sino “hetero friendly”.
·       Ah. Me quedo más tranquila.
·       No tienen un pelo de tontos esos empresarios. Ya es vox-populi que los turistas homosexuales que vienen a Buenos Aires, tienen muy altos ingresos y consumen primeras marcas. Son un mercado recontra codiciado.
·       Y claro. Si no tienen chicos. Viajan y compran. Dichosos ellos. Y ellas.
·       ¿Qué? ¿Te arrepentís de haber sido madre multípara?
·       No, pero me preocupa ese proyecto de ley por el que hay que mantener a los hijos hasta los 25. Ni bien se vaya el último, si es que se va, el único viaje que voy a poder hacer es a la Quinta del Ñato.
·       ¡Qué exagerada! Tampoco es para tanto. Algo de hilo te queda en el carretel.
·       También eso está cambiando. Hay parejas jóvenes que deciden no tener hijos. Priorizan otras cosas. Y las chicas se animan a no ser esclavas del mandato ancestral. A nosotras jamás se nos hubiera ocurrido. Era casi una obligación.
·       Y si no quedabas embarazada a los nueves meses de casada, te miraban raro.
·       Peor si el bebé llegaba a los 6, y se avivaban que había habido “adelanto”.
·       Nosotras también nacimos antes de tiempo. Ahora las mujeres son más libres.
·       Puede ser, pero están más solas que loco malo.
·       ¿Y no es mejor sola que mal acompañada?
·       No estoy tan segura. A veces las “malas compañías” son divertidas. Si no, pregúntenle al Nano y a Joaquín. ¡Brindo por esos sinvergüenzas! ¡Chin, chin!