• ¡Hola, amigas! ¿Cómo va? ¡Qué lindos fondos de pantalla! ¡Nos estamos esmerando!
  • Y, sí. Para combatir el encierro. De aquí a que cambiemos de paisaje, pasará un buen rato.
  • ¿Saben qué pienso? Creo que nos conviene esto de ser veteranas, amigas.
  • ¿Por? Si somos “grupo de riesgo”. ¡Al contrario!
  • Por eso mismo. Convengamos que estamos más cerca del arpa que de la guitarra, ¿no?
  • ¡Cruz diablo, Negri! ¡No seas mufa! ¡Tocáte la izquierda! Tenemos cuerda para rato.
  • Lo digo en serio. El mundo que se viene después de esta “cuarenterna” es una cadorcha.
  • ¿Cómo sabés?
  • Salta a la vista. No vamos a poder abrazarnos, ni besarnos, ni siquiera estar cerca. Imagínense las novelas de amor, sin pasión, sin chape, sin encame. Un opio.
  • ¡No seas pesimista! Puede aparecer la vacuna en cualquier momento.
  • Sí, claro. Y vendrán otros virus. Y hay otros bichos malditos. ¿No vieron los avispones asesinos que aparecieron en Washington?
  • ¿A ninguno de ésos se le ocurrió hacer un vuelo rasante por la Casa Blanca? Digo …
  • No nos olvidemos del mosquito del Dengue. ¡Son las siete plagas, chicas! “La fin du monde”.
  • ¿Por qué no pensar que se viene un mundo mejor?
  • ¿Con nosotros adentro? Dudo. Somos un desastre. A menos que este sopapo nos haga cambiar para mejor.
  • Apostemos a eso. No hay que perder la fe.
  • ¿A que estás mirando “Jesús”, la nueva lata truca de Telefe? Arrasó con el rating.
  • Entre otras cosas, porque estamos hartos de oír hablar del Coronavirus. Necesitamos distraernos un poco. Como decía Ray Bradbury: “Hay que inyectarse cada día de fantasía para no morir de realidad”.
  • ¿Vos proponés vivir en una nube de flatulencia, para decirlo finamente?
  • Y, sí. A esta altura, la realidad me intoxica. Estoy atragantada de información, posta y trucha. Mi lema hoy es “Mentíme, que me gusta”.
  • Yo le veo el lado bueno a este bajón. Nunca tuve la casa tan limpia. El jardín, impecable. Pisos, vidrios, espejos y azulejos, relucientes. Roperos, alacenas, bajomesada, aparadores y cajones, ordenadísimos. Ni una pelusa, ni una telaraña. No me reconozco. Nunca fui tan hacendosa.
  • ¿Y para qué? ¿Para no invitar a nadie? Esfuerzo digno de mejor causa, Elba.
  • ¡Pero no es para siempre! ¿Se acuerdan del anillo que tenía Grondona? “Todo pasa”.
  • El pasó a mejor vida. Tenía razón.
  • Mal no vivió aquí abajo, te recuerdo.
  • No sé ustedes, pero yo prefiero ver el vaso medio lleno. Mi gurú es Alberto Castillo: “Por cuatro días locos que vamos a vivir. Por cuatro días locos, te tenés que divertir”.
  • Mi gurusa es Nacha Guevara. No me pierdo ni uno de sus vivos en Instagram. ¿Vieron lo joven que se mantiene por la meditación? Y es mayor que nosotras …
  • ¡No me jodas! ¡Gracias a la cirugía plástica, dirás! No todo es vegetarianismo y Ommmmm
  • Está cartoneando cámara a lo loco. Nacha es una rara mezcla de villana malhumorada y monja zen. No sé a cuál de las dos creerle.
  • A ninguna, por las dudas.
  • Tiene síndrome de abstinencia. Es lógico. Como nosotras, que no vemos la hora de agarrar la calle y patiperrear a lo loco.
  • ¿Y sacarnos la yoguineta? ¡Ni loca! Antes, tendría que comprarme un jean elastizado.
  • No te preocupes. Las rellenitas marcaremos tendencia post cuarentena.
  • ¡Uy! ¡Me hicieron acordar! ¡Se me quema el bizcochuelo! Me despido, amigas. Pero antes les regalo un temita sabinesco: “¿Quién nos ha robado el mes de abril?” ¡Chin, chin!