por Irene Bianchi
  • Perdón, Gordi. No te ofendas, pero hoy prefiero no sentarme al lado tuyo.
  • ¿Por qué, Vilma? ¿Huelo mal? Estas fragancias truchas no duran nada.
  • No, no es eso. Es que leí que la obesidad puede ser contagiosa, ¿viste?
  • ¡Sos jodida, eh! Prefiero estar rellenita y no ser una flacucha agreta como vos.
  • Era una bromita, che. ¿Acaso no tenés sentido del humor?
  • Sí que tengo. De sobra. Si no, en este íspa de historieta, no sobreviviría.
  • Te adivino la intención. Es por el premio que le dieron a Chávez, ¿no?
  • ¡Ay, chicas! Adoro a Chávez. ¡No me perdía ni un capítulo de “Tratáme bien”!
  • No, Adri. Este es otro. Muy histriónico pero no tan buen actor como Julio.
  • Ah, ya sé cuál. ¿Y qué premio le dieron, si se puede saber?
  • Uno por su “aporte a la comunicación popular y a la democracia”.
  • Disculpen, no, pero ¿este señor no había cerrado un tocazo de medios opositores en su país? ¿Cómo se entiende entonces?
  • ¿Y quién dijo que se entiende?
  • Más que el premio Rodolfo Walsh, le tendrían que haber dado el “María Elena Walsh. Digo, por “El Reino del Revés” y “El País del Nomeacuerdo”.
  • Y ¿se puede saber a quién se le ocurrió esa brillante idea?
  • ¿Cómo a quién? A la Facultad de Periodismo de La Plata.
  • ¿En serio? Y yo que siempre me enorgullecía de ser una egresada de la UNLP.
  • Todo tiene que ver con todo. Justo la semana que bloquean la salida de dos diarios nacionales, pasa esto. Bastante coherente la línea de pensamiento.
  • A mí me parece que tratar de silenciar al que te critica, es un signo de debilidad. Vos, por ejemplo, Vilma, que me decís gorda. No te doy bola y chau.
  • Es que tiene más nivel ningunear con altura, con estilo. No a los sopapos limpios. Matar con la indiferencia garpa más que matar al mensajero.
  • Peor los que ahora lo saludan a Barreda por la calle, como si fuese un héroe.
  • Es cierto. En ese caso no funciona lo de la “condena social”. El tipo es un ídolo para muchos. Algo huele a podrido en nuestra sociedad, diría Hamlet.
  • Ustedes son un bajón, amigas. Yo estoy pum para arriba, después del recital.
  • ¿Fuíste a ver a “You Tube”, Mabelita?
  • ¡“U 2”, bestia! ¡No saben lo que fue! ¡Una maza!
  • ¿Y no te dio cosita estar tan apretujada?
  • ¡Al contrario! En esos lugares tenés derecho al roce. Está todo permitido.
  • ¡Ah, picarona! Seré curiosa: ¿enganchaste algo?
  • ¡Sí, un colombiano re-chévere! Lo tengo hospedado en el quincho, porque compró entradas para las 3 fechas y ya no tenía alojamiento.
  • Además de re-chévere es re-guitudo, entonces. ¿Le das “bed & breakfast”?
  • “Bed” todavía no me animé. “Breakfast”, sí. Mate amargo y bizcochitos.
  • No das puntada sin hilo, vos, eh. No te vayas a enamorar.
  • No. A esta altura, con un “touch & go” estoy más que satisfecha.
  • Y dicen que se vienen Madonna y los Rolling. ¿Será cierto?
  • Pasamos de perro a escopeta con el Estadio. ¿Quién nos pisa el poncho?
  • Hay que aprovechar la volada, chicas. Agudizar el ingenio. Sacar partido.
  • Organicemos city-tours. Demos clases de tango, de folklore, lukivenga…
  • ¡A ponerse las pilas! ¡Ahora o nunca! ¡De La Plata, al mundo! ¡Chin, chin!