• ¿Ven que tenía razón yo?
  • ¿Con respecto a qué, Rita?
  • A lo peligroso, nocivo y tóxico del pernicioso “chat de mamis”.
  • Nosotras ya estaríamos para el “chat de abues”. ¿Por qué lo decís?
  • ¿Cómo? ¿No te enteraste del “GagoGate”?
  • Ni idea.
  • ¿Lo ubicás a Fernando Gago, el futbolista? El que se casó con la tenista Gisela Dulko.
  • Me suena. ¿Qué le pasó?
  • Metió la pata. Bah, en realidad metió a la mejor amiga de su jermu en su cama, y la oficial les dio la cana “in fraganti.”
  • ¿Cómo? ¿In fraganti, in fraganti? Quiero decir, ¿en pleno acto, con las manos en la masa?
  • No sé muy bien dónde tenían las manos, pero sí. “Break point”, hizo la Dulko.
  • ¿Y qué tiene que ver eso con el chat de mamis?
  • Que los hijos de ambas van a la misma escuela, y parece que la tercera en discordia usaba esa vía de comunicación para chafarse los dorimas de las otras “mamis”.
  • ¡Qué turra! Y el tipo, ¡qué nabo! ¿No podía pagar un telo?
  • En una de ésas, quería que lo pescaran. Lo cierto es que la mina se largó a mudar.
  • ¿Cuál? ¿La amante?
  • No. La esposa. En lugar de sacarla a escobazos a la intrusa, agarró sus petates, pegó un portazo, y se instaló en otra casa.
  • Más que a escobazos, a raquetazos la podría haber echado, ¿no?
  • ¡Eso no se hace entre amigas! ¡Feíto! ¡Alta traición!
  • Mirá, Rita, vos a mi finadito bien que lo relojeabas con ganas, ahora que me acuerdo.
  • ¡Mabel! ¿Cómo se te ocurre? Además, yo lo miraba con ganas mucho antes de que vos te lo quedaras, en aquellos malones de nuestra adolescencia, el siglo pasado.
  • ¡Asaltos memorables!
  • Memorables son los de ahora. Aquellos: “las chicas la comida, los chicos la gaseosa”. Hoy, a punta de pistola, “¡Dáme todo lo que tengas!” Altri tempi…
  • ¡Esos lentos! ¡Esos temas para chapar a media luz o a oscuras! Los pibes de hoy en día no saben lo que se pierden.
  • ¿Qué se pierden? Si van derechito a los bifes, sin preámbulos.
  • ¿Qué querés que te diga? Yo reivindico a la franela y al precalentamiento. El romanticismo de antaño.
  • Para “antaño” estamos nosotras. ¡Que Dios nos ayude!
  • ¿Vos también? Está muy exigido elquetejedi. Dejen de manguearlo.
  • ¿A quién?
  • Al Supremo. ¿No lo escuchaste al Jefe pidiéndole a Tata Dios que le dé una manito?
  • ¿Alberto?
  • ¡No! El tucumano madrugador.  El Jefe.
  • De Gabinete, querrás decir.
  • Bueno, ponéle. Parece que estamos en manos del Creador, según él, dependiendo de un milagrito. Lo bueno es que el mito urbano sostiene que Dios es argentino.
  • ¿Y los ateos se joden entonces?
  • Mirá, Rita, todos son ateos hasta que tapan el baño con “number 2” en casa ajena. Nunca es tarde para invocarlo.
  • Ok.  Ya que hoy es domingo, terminemos la birrita y vayamos a misa. Que no se diga que no le hacemos caso al doble de riesgo del Presi. ¡Chin, chin!