* ¡Ay, chicas! ¡Vuelta al zoom! ¡Qué bajón! Ya me había acostumbrado al reencuentro “in person”.
* Es que el bicho está furioso, desacatado, mutándose en miles de malditas cepas. Nosotras venimos zafando, toco madera, y eso que todavía no nos llegó la hora.
- ¡Ay, Ali!!Suena espantoso! No nos llegó el turno para vacunarnos, querrás decir.
- Decí que no se puede, si no les haría vomitar las dosis a los pendejos que se colaron.
- Duhalde y la jermu muy pendejos no son. Los viejos de la Vizzotti tampoco. Hubo de todo.
- Los dejaron colarse. Ésos son los responsables. Y salvo el renunciado GGG, nadie pagó el pato todavía. Nadie pidió disculpas. Si pasa, pasa. Nos toman de boludas.
- ¿No será que lo somos? ¿No será que nos hemos ganado esta deplorable clase dirigente?
- Y … algo habremos hecho. Por acción u omisión. De otro planeta no vinieron estos monos. Son inútiles autóctonos, bien locales.
- Hay algo que no me cierra, chicas.
- Ya sé, Mary. El jean.
- ¡No, yegua! Bueno … aparte. ¿Sabían que los chinos le regalaron 50.000 vacunas a la Conmebol? Son para los planteles principales del fútbol profesional sudamericano. ¿Les parece justo eso?
- No. Es negocio. Eso es el fútbol: negocio, negocio sucio, negociados, mafia, merda.
- Pan y circo, chicas. Lo de siempre.
- Sólo circo, porque el pan está carísimo. Y engorda.
- No sean contreras, chicas. Había que volver a cerrar sí o sí. El bicho acecha y no perdona.
- Yo contrera no soy. Me autodefino como “gorila con conciencia social”.
- ¿Lo escucharon a Alberto el miércoles pasado?
- ¡Claro! Lo de las Fuerzas Armadas en la calle me puso piel de gallina. Un “deja vu” setentista. Feíto.
- Pero dijo que los milicos sólo van a colaborar con los controles sanitarios. No nos van a detener.
- ¿Y cómo ¿ ¿Te van a tomar la temperatura? ¿Te van a poner alcohol en gel? No entiendo.
- Él tampoco, creo. No sos la única.
- La pifió cuando se refirió al “relajamiento del sistema sanitario”. Con lo que se han venido rompiendo el tujes médicos y enfermeros hace más de un año, muy relajados que digamos no están. ¡No hay derecho, che!
- No fue el único pifie. Se tendrían que poner de acuerdo entre ellos, porque el Ministro de Educación aseguró que las escuelas seguirían abiertas, y un ratito más tarde, Alberto dijo lo contrario. ¿En qué quedamos?
- Para mí que no se hablan. O no se escuchan. O no se dan bola. Vaya una a saber.
- ¿Vos decís que son una bolsa de gatos?
- ¡No! El único gato es Macri que se agrandó como galleta en el agua con todo este quilombo. A río revuelto …
- ¿Y qué me cuentan del pelado? Tan modosito que parecía, salió con los tapones de punta.
- Yo a veces pienso que es toda una gran puesta en escena, un Truman show berreta para la gilada, o sea, nosotras. En una de ésas, los que parecen aborrecerse, los que se muestran como enemigos/adversarios, se juntan a espaldas nuestras a rosquear y cambiar figuritas.
- Lo cierto es que nos tenemos que guardar “un ‘altra volta”. Dos semanitas.
- ¡Con suerte! Yo que ustedes aprovecho para ir armando el arbolito.
- ¡Sageraaaadaaaa! ¡No será para tanto! No se olviden que Dios es argentino.
- Puede ser, pero me parece que se mudó. Harto de este íspa empantanado.
- ¡Que no decaiga! ¡No hay covid que dure 100 años! Ya le pondremos fin ¡Chin, chin!