¡Ay, chicas! ¿Se enteraron? ¡El año todavía en pañales, y ya esta separación!
¿Cuál? ¿La del Cuervo Cabezón y la modelo? Previsible.
¿Cómo previsible? A mí me recontra sorprendió. No lo esperaba.
Mirá, Pochi. El que traiciona una vez, traiciona dos.
No entiendo. Pasálo en limpio, please.
Primero lo traicionó a Ortega, quedándose con la ex. Ahora, al amigo que pasó a mejor vida, quedándose con la viuda.
¿Vos decís? ¿Con la Bursten? ¡No te lo puedo creer!
Ese tipo no tiene códigos. Y encima ahora se reunió con el hijo de la Presi.
¿Y eso qué tiene que ver?
Que por la plata baila el mono. ¿Te acordás que le hicieron una fea con Fútbol para Todos, y él se puso crítico con el gobierno? Bueno, vamos a ver qué onda este año. Si elogia la gestión, ya sabremos lo que pasó en el medio.
¿Todo se compra, che?
Todo. Y todo se vende. La ley del mercado. Somos mercancías bípedas.
Dicen que Marcelo estaba celoso por las escenas fuertes que juega Valdés en la obra que está por estrenar, “Sexo con extraños”.
¿Y por casa, cómo andamos? Justo él, que se cansa de cortar polleritas y franelear participantes en su programa. No tiene ningun derecho.
La próxima jugada es que Guillermina se ponga de novia con Gastón Soffritti, compañero de elenco, ex de Barbarita Vélez.
¿De Barbarita nada más? Ese pibe no deja títere con cabeza. Ya se volteó a medio ambiente. Rapidito, el chiquitín.
Mejor que no mezclen sábanas con telones. No conviene.
Sí que conviene. Es una estrategia publicitaria fenomenal. Acordáte del rubro Susana-Darín. O el de Silvia Montanari-Darío Grandinetti.
Hablando de estrategias publicitarias, ¿alguien me puede explicar qué pasó el Día Internacional de la Mujer, con esas dos modelos que se pasearon como Dios las trajo al mundo por San Juan y Boedo?
Sí. Es una movida que se llama “Urbanudismo”. Introducen el desnudo en situaciones cotidianas: haciendo compras, viajando en bondi, en subte, subiendo a un taxi …
¿Subiendo a un taxi? Pero ¿llevan un trapito donde sentarse, o qué? Asquete.
No seas pacata. Es un proyecto artístico. Fotográfico, para ser más precisa. Captan las reacciones de la gente al ver a dos chicas desnudas, haciendo lo que todos hacemos vestidos.
Tenés razón. No sé por qué nos escandalizamos ante la desnudez, mientras que otras cosas tremendas que pasan, no nos mueven ni un pelo. Naturalizamos lo anti natural, y nos sonrojamos ante lo absolutamente normal. ¡Qué loco, ¿no?!
La religión tiene mucho que ver en asociar la desnudez con el pecado. Nos han machacado tantas cosas en la cabeza, que es difícil resetearse, chicas.
Pero convengamos que esas dos minitas que se pasearon en bolainas en pleno centro porteño, eran agradables a la vista. Lo llegamos a hacer nosotras en La Plata y Control Urbano nos aplica flor de multa por agresión visual.
Tan mal no estamos, che, por la edad que tenemos. Bien conservaditas.
¿Y si aprovechamos el calorcito y hacemos un Urbanudismo post 50, en 8 y 50?
Con una condición. Anteojazos negros y burkas. Por el qué dirán. ¡Chin, chin!