por Irene Bianchi

       Che, ¿será cierto que Valeria Alarido Lynch cobró un fangote de guita para cantar el Himno el 9 de julio en Tucumán?
       Lo malo no sólo es haber cobrado, sino haberlo ladrado. ¡Sonó de terror!
       ¡Pobres López y Planes! Deben estar revolcándose en sus tumbas.
       ¡Su tumba, bestia peluda! Era uno solo: Alejandro Vicente López y Planes.
       Más indignado debe estar Blas Parera, que compuso la música. Porque la gritona respetó la letra, pero hizo una versión remixada ultra mamarracha.
       Esa mina tiene garganta de teflón. Tantos años y sigue reventando tímpanos.
       Más allá que destrozó la canción patria, no me parece ético cobrar por hacerlo. Debería ser un honor que te lo pidan, y cantar ad-honorem.
       ¿Etica? ¿Honor? ¿Ad-honorem? “¿De qué estás hablando, Willis?” Atrasás.
       Ella dice que no cobró por cantar el Himno sino por su show posterior.
       Me causan gracia los cantantes “nacionales y populares”, que cobran fortunas en esos festivales gratuitos para la gente. Fito, como setecientas lucas; Charly, quinientas; Vicentino, cuatrocientas; Calamaro, otro tanto.
       Ese sí que derrapó mal. ¿Leyeron lo que twiteó? Que había matado a un yonqui en Madrid hace muchos años, en un altercado callejero.
       ¿Un yanqui? ¿Por? ¿Le tiene bronca a los norteamericanos?
       No, nena. “Yonqui”. Con “o”. Falopero.
       ¿Y lo habrá dicho en serio?
       Bueno, cuando todos se le fueron al humo, salió a aclarar que no había que tomarlo al pie de la letra, que para él twitear es hacer literatura, que todo era una metáfora, y no sé qué otra sanatacannabis.
       Zafó bien la Cardinali, sacándoselo de encima. Huele feo ese Salmón.
       Y, el pescao por el twitter muere, pa’modernizar el dicho.
       ¿Y ahora anda con una pendejita, no?
       Sí, Micaela Breque. Una conejita Playboy. Es el típico síndrome del cincuentón. Igual que Rial y Dady. Quieren quemar sus últimos cartuchos con borregas, y las minitas, ni lerdas ni perezosas,aprovechan la volada.
       Che, hablando de revientes varios, ¿lo vieron a Fort el sábado?
       Más que FortShow, su programa debería llamarse “La Jaula de las Locas”.
       El día menos pensado, el chocolatero se va a derretir de lo caliente que está. Dice que Marcelo lo copia. Se lo pasa hablando del Cabezón. Esta envenenado.
       Digo yo, ¿no se los podrá deportar a todos esos impresentables a la Isla de Caras, e incitarlos al canibalismo? Como una especie de “reality de famosos”.
       No sé si existe esa isla. Para eso, que se los lleve Ricky a su rancho de Miami.
       Y el Pájaro Caniggia, que se está sacando a toda la familia de encima. Primero nos mandó a la Pajarraca Madre y su Comparsa Freak. Después, a la Pajarita Charlotte Shampein, y ahora, a su mellizo, el vago monosilábico. Vació la jaula.
       Ya que el simpático Moreno se puso tan estricto, tendríamos que pedirle que prohíba también la importación de personajes como ésos, ¿no les parece?
       Ese engendro se cae solo, chicas. Es la decadencia del Imperio Tinelliniano.
       ¡Si hasta Flor Peña se bajó los lienzos! Literalmente. ¡Mirá vos, la chica K!
       Estaría bueno que  el Cabezón Quasimodo les pagara en cuasimonedas, ¿no?
       Al lado de Marcelo con peluca y botas, Quasimodo es Brad Pitt. ¡Chin, chin!