• ¿Todas conectadas? ¿Cómo va, amigas? ¿Todavía en pie?
  • Yo, harta de estar harta. Esta cuarentena-sesentena, camino a la ochentena, no se termina más. Nos cuentean de a poco, a cuentagotas, en dosis homeopáticas. Vayamos armando el arbolito, chicas. Y el pesebre, por las dudas.
  • ¿Se imaginan si una saliera de un coma prolongado, y de pronto se encontrara con este panorama? Todos con barbijos, escondidos en sus casas, separados en las colas, sin abrazos ni besos. Yo creería que estoy soñando o sigo en coma profundo.
  • Lo bueno es que cuando salgamos, si salimos, seremos todos más limpitos, más ordenaditos, más prudentes…
  • Sí, pero también más paranoicos, más rechonchos, más secos, más pijoteros, más obse, más remolones, más vagos de pieza …
  • Che, ninguna de ustedes habrá caído en las garras del tordo de los famosos, ¿no?
  • ¿Cuál? ¿Heisenberg?
  • Chela, estás tan obsesionada con “Breaking Bad” y “Walter White”. Aflojá un cachito. Hablo de un tipo de carne y hueso, no de un personaje de ficción de Netflix.
  • Ah, ya sé quién decís. Rubén Mühlberger. Es que los asocio. No sé por qué.
  • En todo caso, el nuestro sería el Walter White del subdesarrollo. De cabotaje nomás.
  • A mí que no me gusta esperar cuando voy al médico, me vendría bien ese té rojo con papota que te servían en lo del chantapufi.
  • Peor que te duerman y te operen sin consultarte, como a Venturita. Un sátrapa.
  • La culpa no es del chancho. La gente es cholula y si algún “famoso” se atiende con él, dan por sentado que debe ser bueno.
  • ¿Será cierto lo del alargamiento peneano que ofrecía?
  • Dicen que el 10 se lo hizo. “Me dicen antorcha”, fanfarroneaba Dieguito. Habrá sido post- Múhlberger, vaya una a saber.
  • ¿Y los platos que ofrecía su cocinero? “Brunch ortomolecular”, “risotto relajante”, “ensalada regenerativa”. Un bolazo gastronómico bien armado para la gilada.
  • Con eso de la medicina ortomolecular, te rompía el ídem en la consulta. Un platal.
  • Lo único bueno es que esta nueva cortina de humo nos distrajo un poco del maldito virus.
  • Y, hay pocos temas, eso es cierto. Cuando aparece uno, lo exprimen a morir.
  • No tan pocos. Flor de la V sacó del placard de prepo a unos cuantos, sin pedirles permiso. Supuestamente quiso homenajear al colectivo LGBT en el Día Internacional contra la Homofobia, y paradójicamente terminó haciendo algo recontra homofóbico.
  • Entre ellos, deschavó a varios difuntos. Fea la actitud.
  • Otro chisme: se separó Tini Stoessel de Sebastián Yatra.
  • Lógico. ¿No lo escucharon al pibe? Hizo colecho con sus viejos durante 15 días. Tremendo grandulón con pelos en las patas. La aplaudo a Tini. Querrá una pareja, no un hijito.
  • ¡Hay cada famoso! Como Ricardo Montaner, que dijo a los cuatro vientos que su hija, Evaluna, llegó virgen al matrimonio. Digo yo, ¿quién le da derecho a hablar de esas intimidades al venezolano bocón?
  • ¿Venezolano? ¡Es de Valentin Alsina, nena! Curra con ese tonito chévere, tan meloso que empalaga.
  • ¿No se acuerdan de Nazarena cuando anunció en la tele que su hija “se había hecho mujer”? Otra. Padecen de incontinencia verbal los mediáticos. ¡Pobres hijos!
  • Y los hijos varones de Montaner, ¿también llegan vírgenes al altar?
  • No creo. No es de macho.
  • Ni hablar de Nicole Neumann, y sus dudas con respecto a la obligatoriedad de las vacunas.
  • ¿Saben qué? Estoy segura que los anti-vacunas son terraplanistas también. O sea, boludos del todo.
  • Bueno, chicas, voy a preparar el locro del 25. Me desenchufo.
  • Frizá un poco, Pilu, pa’cuando nos juntemos a morfar. ¡Y viva la Patria ensesentenada! ¡Chin, chin!