por Irene Bianchi
       Casi no vengo. No sé si tengo ganas de seguir juntándome con ustedes, gorilas.
       ¿Tanto se me nota el bozo, Rita? Hoy mismo voy a la depiladora.
       ¡Qué graciosa! Sabés muy bien por qué lo digo. Las vi caceroleando.
       ¿Y eso, qué tiene de malo?
       Ustedes se quejan de llenas, oligarcas. Y vos, Sra. Delivery, para lo único que agarrás una olla es para hacer bardo. ¿No te da vergüenza?
       Al contrario. Vergüenza me daría rumiar bronca a solas en casa, en lugar de salir a la calle y conocer gente.
       ¿Gente? Golpistas, dirás. Desestabilizadores.
       No te sulfures, Tana, que te va a dar un patatús.
       Es que ustedes se quejan de llenas. De aburridas, nomás.
       Pará un poquito. ¿Vos te compraste la realidad virtual que intentan vendernos los de arriba? ¿Poca inflación, menos delito, funcionarios impolutos, poderes independientes? ¿Heidi, te llaman? Te tragaste el Cuento de Hadas, ilusa.
       Bastaba con verlos, nena. Todos con ropa de marca, oliendo bien. Si ése es el pueblo, yo soy Magoya.
       Bueno, Magoya, si eso te deja más tranquila, la próxima salimos zaparrastrosos, harapientos, con olor a chivo y a pata.
       No seas necia, Rita. ¿Tanto les cuesta aceptar que haya gente que no está conforme con el rumbo de las cosas?
       Que se expresen a través de sus candidatos, entonces. No así.
       Ese es el tema. Me parece que los que salieron a la calle, no se sienten representados por nadie. Están huérfanos. Por eso se cortan solos. Este también fue un flor de sopapo a la oposición. Ojo al piojo. Toda la clase política tiene que poner las barbas en remojo. Sin excepción.
       A mí me irrita el ninguneo, amigas. Cristina hizo de cuenta que aquí no había pasado nada. Es como cuando me corto el pelo o me tiño, y ustedes no me hacen ningún comentario. Me molesta que me ignoren olímpicamente.
       Che, córtenla. Lo único que falta es que se pudra todo entre nosotras porque pensamos distinto. No vamos a arruinar la amistad de tantos años, ¿no?
       Tenés razón, Nené. Cambiemos de tema. ¡Qué escandalete lo de la Cirio, ¿no?!
       Tal vez a Lugo lo atrajo el apellido de la pulposa Jessica. Tan acostumbrado el excurita a encender los cirios de las iglesias. Gajes del oficio, que le dicen.
       ¿Pero pagar 25 lucas verdes por un ratito? ¿No es un poco mucho?
       Habrán sido gastos reservados.
       Sí, para usar en el reservado.
       ¿Y el nuevo novio de Paula Robles? Parejitos de dentadura los tortolitos. Nada que envidiarle al equino Mr Ed. Ni picos se deben poder dar.
       El rating de los programas de Tinelli se está cayendo como calzón de meretriz. Al listo de Listorti ya le bajaron el pulgar para el año que viene. ¡Qué alivio!
       Seguro que lo reemplaza Iúdica Moco Fácil. Después lo gastan y lo tiran.
       Che, volviendo al cacerolazo. ¿Hubo pique?
       ¡Ah, pillina! ¿Se te despertó el interés? Ya lo creo, Rita. Unos yuppies muy apetitosos. Además a mí el traje me puede, aunque el hábito no hace al monje.
       Para muestra, Don Lugo Rojaiju, el latin lover y padrillo guaraní. ¡Chin, chin!