por Irene Bianchi
·       Chicas, ojo al piojo. Las que estén separadas, no tiren la chancleta antes de firmar los papeles, porque automáticamente pasan a ser adúlteras para la ley.
·       ¡Qué disparate! Con lo paquidérmica que es la justicia, recuperás la virginidad.
·       Haberlo sabido antes, Cuando mi ex me dejó, el muy turro ya tenía otro palenque donde rascarse. Le podría haber sacado hasta los calzoncillos.
·       Me hace acordar a la veda de carne esta abstinencia sexual obligatoria.
·       Lo que pasa es que muchas parejas se separan de hecho, y no inician el divorcio por si hay alguna posibilidad de reconciliación.
·       No sé. A mí me parece que pasa por otro lado. ¿No será que se resisten a dividir el patrimonio?
·       Patrimonio, matrimonio. Mirá vos. Apenas una letra de diferencia.
·       No seamos hipócritas, chicas. Muchas minas se bancan los cuernos con tal de no salir a laburar y mantener el nivel de vida. Miran para otro lado y listo.
·       ¿No será que ellas también se entretienen fuera de casa?
·       ¿Vos decís que los dos se hacen los distraídos? Puede ser. Pero entonces, ¿para qué seguir con la ficción de estar juntos?
·       Uy, hay tantas justificaciones: por los hijos, por la casa del country, por el chalet de Cariló, por la quinta de fin de semana, por la 4 X 4, por los amigos del club de golf o de tenis, por el qué dirán, por los vecinos, y así, ad-infinitum…
·       Pero ¿no es muy alto el precio de convivir con alguien a quien no querés?
·       Para algunos, es más caro el divorcio, creéme.
·       El otro día me invitaron a una “despedida de casada”. Me pareció patética.
·       ¿Por qué, Olga? ¿No había strippers?
·       Sí, pero esos chabones son casi todos gay. Bronceadísimos, abdomen tabla de lavar, puro músculo, pelo con gel, y las minas desesperadas, copeteadas, manoteándolos como muertas de hambre. Les juro que me dio vergüenza ajena.
·       ¿Ajena o propia, porque no te animaste a pegarles el zarpazo?
·       ¿Pagar por sexo? Todavía no caí tan bajo, gorda.
·       Nunca digas nunca, Chuchi.
·       A mí me parece que no hay nada que festejar, si te estás separando.
·       Depende de quién te estés separando, y por qué. Vos porque sos una amarga sin remedio. Cada cual hace lo que puede. No existen las recetas ni las fórmulas mágicas.
·       Igual. Es un fracaso, lo mires de donde lo mires. Una frustración. Hay que transitar el duelo, sin aturdirse con partusas.
·       Partusas, no. En el mercado las llaman “liberation parties”. Es como la abolición de la esclavitud de 1813.
·       Sí, Nela, pero esas mismas minas que festejan la soltería, después salen a la caza otra vez, porque no se bancan estar sin un hombre al lado. ¿Cómo se entiende eso?
·       Simple: gatoflorismo en estado puro. Así somos.
·       La que no aguanta mucho sola es Susana. No escarmienta. ¿Vieron que estrenó novio en Punta? Parece que Patricio, el hermano, ofició de celestino. Es una romántica incurable.
·       Sí, pero fácilmente currable. Que le dure. ¡Chin, chin!