por Irene Bianchi
  • ¿Qué me cuentan de las pilchas de los Oscars, chicas?
  • Hubo de todo, como siempre. Elegantes y mamarrachos; berretas y sofisticadas.
  • La pobre Anne Hathaway no se debe haber mirado al espejo antes de salir. Esos pezones puntiagudos van a quedar para la historia. Eran como dos flechas.
  • ¿Y Jennifer Lawrence, que se estroló cuando subía a recibir el premio?¡Qué papelón! Se ve que no ensayó cómo caminar con semejante vestido.
  • A veces, un tropezón es caída. Pero la aplaudieron de pie, ¿vieron?
  • De lástima, Marucha. Seguro que las que perdieron en su rubro, se alegraron.
  • Yo lo que no entiendo es cómo Jane Fonda, Barbara Streissand y Shirley Bassey, que siempre fueron mayores que yo, ahora parecen mis hijas.
  • Y, disponen de más efectivo, Cris. Deben tener una guardia permanente de cirujanos plásticos a su disposición. Seguro que les levantás el pelo, o la peluca, y destapás unos costurones en la nuca, que otra que las Montañas Rocallosas.
  • Las celebrities no envejecen. En cambio los políticos sí. Dicen que la enfermedad del poder, o hybris, produce un envejecimiento celular de 9 a 15 años por encima del estándar. Basta con mirarle la jeta a los nuestros.
  • ¡Sí, pero mientras tanto, la juntan en pala! Después se estiran y listo.
  • No es tan fácil. Quedan secuelas. Tanta ambición y codicia te dejan turulato.
  • Mucha fama también. Mírenlo al Diego, si no. Ahora salió a decir: Messi es buenísimo, pero el mejor soy yoTiempo verbal equivocado. Era, no es. Fuíste.
  • Tengo una duda existencial: ¿no se venden preservativos en Dubai? Ese muchacho sigue sembrando hijos a lo pavote. ¿Si le mandamos una caja?
  • Me asquean los obsecuentes que le justifican todo al ex 10. Y, ¿qué querés¡Es Maradona!, te dicen, como si eso lo eximiera de cualquier barbaridad.
  • Es que los argentinos somos de endiosar a las personas. ¿Acaso no notaron que  el pase de Tinelli ocupó más espacio que la renuncia del Papa en los medios? El país pendiente del Cabezón. Y él, mientras tanto, escucha ofertas, cual meretriz parisina, para decirlo finamente. Deshoja la margarita, Marcelito.
  • Mucha gente está convencida que el resultado de las próximas elecciones depende del posicionamiento del muchacho de Bolívar.
  • Si es así, amigas, estamos en el horno. Lástima que no exista vacuna contra la epidemia de frivolidad, banalidad y cholulismo que nos está atrofiando el marote. ¿Escucharon lo que le gritó el camporista Larroque a la macrista Laura Alonso? ¡Calláte, atorranta!
  • Ojo que ella no se quedó atrás¡Paráte, cagón!, le retrucó. El nivel de nuestros parlamentarios es de una sutileza y una finura incomparables.
  • Peor el senador Pichetto que habló de Argentinos, argentinos y Argentinos judíos. Según esa categorización¿nosotras qué vendríamos a ser?
  • Y, yo soy argentina pincharrata y vos argentina tripera.
  • Cris, vos sos argentina natural y Marucha, argentina siliconada y botoxeada.
  • Mi marido es argentino velludo y el tuyo argentino lampiño.
  • ¿Y vos cómo sabés? ¿Lo viste desnudo?
  • ¡No! ¡Ni Dios permita! Ahorráme ese disgusto, Beba. No es mi target.
  • Pensar que ésos son nuestros representantes. ¡Qué huérfanos estamos!
  • Algo habremos hecho, o no habremos hecho, para engendrar esta clase política.
  • Tranqui. Ya vendrán tiempos mejores y los melones se irán acomodando solos.
  • Lástima que acá hay más zapallos que melones. ¡Mozo! ¡Marche una ronda de fernet argentino-cordobés para todas! ¡Chin, chin!