por Irene Bianchi
· ¡Feliz año nuevo, chicas! Pavada de aniversario, ¿no? ¡Ya el Bicentenario!
· No está mal recordar que-comparativamente hablando- somos un país joven, cuando vemos que todavía hay tanto por hacer.
· Ojo que Canadá es bastante más joven, y nos lleva años luz en todos los terrenos. Nos pasan el trapo.
· Sería un buen ejercicio tomar el 2010 como el ingreso a nuestra mayoría de edad como nación, cosa de dejar de hacer pendejadas. Calzarnos los largos, de una buena vez.
· Tenés razón, Tita. Cuando éramos chicos, allá lejos en el paleozoico, los varones se ponían los largos como un pasaje a la madurez. Era como un rito de iniciación, ¿se acuerdan? Y nosotras estrenábamos los primeros taquitos.
· Y medias con costura. Con portaligas, claro, porque la medibacha vino después.
· ¿Qué usarían las minas en 1810?
· En esa época no eran minas, Cris, sino damas. Usaban faldas largas de seda, con enaguas con volados y puntillas, miriñaques metálicos, y corsets, para lucir cinturitas de avispas.
· Y en el pelo, peinetas y peinetones de carey, para sostener los rulos y bucles.
· Nada que ver con las hebillas de plástico de ahora, ¿no?
· Y no… Ahora todo es muy berreta y descartable.
· En realidad, las damas nobles de la colonia copiaban la moda europea. La pilcha era un símbolo de status social.
· Eso mucho no cambió.
· Sí, porque el jean democratizó la indumentaria. Hoy en día es difícil distinguir a un pobre de un rico por lo que se pone. Es todo más parejo.
· ¿Y el calzado? ¿Sería de cuero ecológico?
· ¡No, mamerta! Los zapatos eran de tela muy fina, con hebillas y detalles en hilo de oro y plata. Los tipos usaban botas de potro y atuendo más funcional, porque se lo pasaban caminando o andando a caballo.
· Pero las minas, digo, las damas, no se podrían ni mover con tanto trapo encima.
· No se movían. Eran figuritas decorativas. Las que laburaban como negras eran las negras. Las damitas se lo pasaban tomando el té y chusmeando. O viendo cómo enganchaban algún prócer.
· Yo pregunto: ¿próceres no se les dice post-mortem?
· Bueno, quiero decir algún patriota influyente.
· Entonces eran vulgares botineras coloniales. Patrioteras.
· Y sí. No tenían otra aspiración en la vida más que cazar un buen partido.
· Como nosotras.
· No, ahora las minas no nos conformamos tan fácilmente.
· Así nos va, atacadas de gatoflorismo. Eternas insatisfechas. Lo que daría por ser una dama antigua.
· Ya lo sos, Pupé. ¿Te presto el espejo?
· No, graciosa. Yo digo como Mariquita Sánchez de Thompson. Esas tertulias en su casa, rodeada de grandes personalidades, cantando el Himno…
· Los gustos cambian. Ahora la gente prefiere hacer karaoke con cumbia villera
· Ojalá este año pasemos de refundidos a refundados. ¡Chi, chin!
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