¿De dónde volviste? ¿Y ese bronceado? ¿Te diste una biaba de cama solar, o te embadurnaste con “Tan in a Minute”?
¡Uy! ¡Qué antigüedad, Elsi! No existe más ese menjunje.
¿Y dónde estuviste, entonces?
Me fui unos días a la costa.
¿A la costa? ¿No era que no tenías un mango?
Cierto. Pero se me ocurrió un currito. ¿Vieron que yo me doy maña con las agujas?
Ya sé. Pusiste un puesto de pareos para que las minas disimulen los kilitos pandémicos.
¡No! Más fácil y económico. De barbijos.
¿Barbijos?! ¿Y los vendías en la playa?
Tal cual. Porque la gente se relaja y se los olvida cuando va al mar. Después les dan ganas de hacer pis, tienen que ir al baño, y ahí se dan cuenta que no los tienen. Y yo, paradita al lado del ñoba, dos por uno, para damas y caballeros, re floridos y veraniegos. No me daban las manos, les juro.
Pero no subiste ni una foto al facebook, Vilma.
¡Ni loca! ¿Para que se enteren los chorros y me desvalijen la casa?
Yo sí vi fotos tuyas en el face, pero en el fondo de tu casa, regando las plantas, trapeando los pisos, planchando sábanas.
Para despistar, chicas. Que los cacos piensen que no salís ni a la vereda, ¿se entiende?
¡Sos viva, eh! Con esa carita. ¿Quién diría?
¿Y no te invitaron a ninguna fiesta clandestina, Vilma?
¿Me estás cargando? No doy el target.
Una amiga mía fue a esa fiesta swinger en Sierra de los Padres.
¿Es swinger tu amiga?
No, pero preparó el catering y se quedó hasta que cayó la cana.
¿Ella también creyó que los canas eran strippers?
¡Sí! Hasta les indicó donde podían dejar sus bártulos.
Y, seré curiosa, ¿tenían bártulos grandes?
¡Cómo te gusta hacerte los ratones, Lili! Mente roñosa.
Hablando de esos temas, ¿vieron que Oriana Sabatini dijo que era bi?
¿Bi, qué? ¿Bilingüe? ¿Bígama? ¿Binorma?
Tibio, tibio. Bisexual.
¿Y qué? Yo tengo una teoría. Creo que todos y todas lo somos. Y por un mandato cultural, nos encasillamos en un solo género.
¿En serio pensás eso?
¿Qué tendría de malo? Hay tantas cosas impuestas desde afuera, tantos preconceptos heredados, tantos prejuicios propios y ajenos, que nunca sabremos si nuestras elecciones son libres de verdad. Siempre estamos condicionadas.
Demasiado profunda para un domingo de enero. Paso.
Un enero que ya se va, ¿se dieron cuenta? Y el virus, vivito y coleando.
Si hasta los gorilas se contagiaron.
¿Lo decís por mí, Elsi? ¿Tanto se me nota?
¡No! Por unos simios californianos. Ni ellos zafaron.
Chicas, estos barbijos me sobraron. Se los dejo a buen precio.
¡Si serás pijotera! Los podrías regalar, ¿no?
Está bien. Me convencieron. Además, la verdad sea dicha, tienen alguna que otra fallita.
Vos no das puntada sin hilo. Sos la costurerita que dio el mal paso. ¡Chin, chin!