Me pregunto. ¿no sería más sano para todos que la la Sra Vicepresidenta asumiera la Presidencia, de una vez por todas? Quiero decir, fue ella la que propuso la fórmula. Es ella la que manda. Es ella la que levanta o baja el pulgar con respecto a los Ministros. Es ella a quien Alberto debe obediencia (“Hice lo que me pediste”, admitió él en el Acto del Estadio único de La Plata). Es ella a quien todos temen y aplauden (Ojo con los que no aplauden, diría Alicia Castro). Entonces, no perdamos más tiempo. Al Presidente se lo nota perdido, cansado, irascible, visiblemente desmejorado. Que dé un paso al costado y deje su sillón a quien lo designó, y punto. 

Irene Bianchi para Clarín