por Irene Bianchi

       Chicas, les traje un ratoncito a cada una, festejando el Día Mundial de Internet.
       ¿Un ratón, Meneca? Yo paso. Bastante tengo con las cucarachas. Guardátelo.
       Un “mouse”, Nancy. Un “mouse”. Para tu compu, nena.
       Si yo no tengo compu. Ni celu. No pienso ser una víctima de la tecnología.
       ¿Y preferís ser una víctima del atraso? No te podés quedar en el tiempo, amiga.
       Meneca tiene razón. Ya ni me acuerdo cómo era la vida pre- internet.
       Si quieren, se los recuerdo. Escribíamos cartas, mandábamos postales, nos juntábamos a guitarrear y a tomar mate, paseábamos al aire libre, charlábamos cara a cara, nos mirábamos a los ojos, compartíamos secretos al oído. Todo eso
       Puede ser, pero ahora estamos más comunicadas. Eso es innegable.
       No, Meneca. Esa es una falacia. Estamos más solos que nunca, repletos de amigos virtuales, a quienes jamás conoceremos. Un engañapichanga. No podés comparar la pantalla de tu monitor con la presencia física de un amigo real.
       ¿Y celu? ¿Por qué no tenés celu?
       Porque tengo teléfono en mi casa, con contestador. No me gusta que me persigan y me rastreen a toda hora. Es como tener un GPS en el trasero.
       Ahí te doy la derecha. A veces mandamos cada mensajito innecesario.
       No pueden ser tan retrógradas. Discúlpenme, pero ése es un signo de vejez.
       Chicas, haya paz. No discutamos por pavadas. Bastante tenemos con las peleas mediáticas. La tele está que arde últimamente, ¿vieron?
       Pobre Susana. La producción se durmió y la dejaron sin la Abuela.
       Por la plata baila el mono. Y Antonio. Cuarenta luquitas verdes por semana.
       Sí, pero a este paso, Tinelli arranca en Navidad. Se hace desear el Cabezón.
       Tendrá miedo de medir menos que Iudika, el llorón. Guerra de egos.
       El que debe tener ganas de comérselo crudo a Iudika es Listorti. ¡Una envidia!
       ¿Vieron que al gurú Domínguez se le borró la sonrisa Odol? Otro en baja.
       Antes soñaba con Sai Baba y la Madre Teresa. Ahora, con Marcela Tauro.
       ¿Alguien me puede explicar por qué todos los famosos cometen un sincericidio en el reportaje que les hace la Estelita de Jey Mammon?
       Y, les dará algo de tomar que les baja los frenos inhibitorios.
       Sinceramente, hay otras peleas que me preocupan más. Esas son de cabotaje.
       ¿Cómo cuál? ¿Flor Peña versus Andreíta del Boca? ¿Majul vs. Victor Hugo?
       No. Son más graves los enfrentamientos políticos entre gente grossa que maneja el poder. Cristina versus Mauricio, nuestro Gobernador y su Vice. Eso.
       ¿Y no será que lo llevamos en la sangre, en nuestro ADN? Tal vez somos así.
       ¿Así cómo?¿Incapaces de dialogar, de aceptar el punto de vista del otro sin descalificarlo, de ponernos de acuerdo en las cosas básicas? ¿Así somos?
       Tal cual. Mal que nos pese. Hemos perdido la capacidad de escuchar. No nos respetamos. Con observar el tránsito, basta y sobra. Todos asesinos al volante.
       ¿No lo vieron a Caruso Lombardi a las piñas? Lindo ejemplo para los pibes.
       Es que el pescado se pudre por la cabeza. No hay modelos. Se han extinguido.
       ¿Y no hay vuelta atrás? Quiero decir, ¿no se pueden recuperar esos valores?
       Espero que sí. Es una tarea de hormiga. Pero no intentarlo no es una opción.
       Buen deseo para el 25 de mayo, así no lo banalizamos como otro finde largo.
       Entonces propongo un brindis por nuestra vapuleada Patria, para que logremos estar a la  altura de aquellos hombres que la supieron conseguir. ¡Chin, chin!