· ¡Ay, chicas! Hoy birra, no. Estoy re-hinchada.

· ¿Constipada, Rosi? ¡Compota de manzanas y ciruelas! Te destapa todo.

· No sé. Creo que son gases.

· ¿Gases?! ¡No! ¡Eso es muy peligroso ahora!

· ¿Por?

· ¿No te enteraste? Están estigmatizando a las pobres vacas. Las culpan del calentamiento global.

· Seré curiosa, ¿y qué tengo yo que ver con las vacas? ¿Acaso estás insinuando algo, Elvi? ¡Mirá que de los cuerpos no se habla, eh!

· ¡No te atajes, nena! Me refiero a los gases vacunos. La diputada Lucía Klug presentó un proyecto de impuesto a los ganaderos, por el cambio climático ocasionado por los peditos de sus animales.

· Sigo sin entender por qué me asociás con eso.

· Y … empiezan con las vacas y quién te dice que no sigan con nosotras.

· ¿Te parece? Sin embargo, el otro día lo escuché al Dr Cormillot hablando de los beneficios de la “fart walk”.

· ¡Traducción, please!

· “Fart” es flatulencia. Resulta que cuando una camina, sin querer queriendo, se tira peditos.

· Yo a esta altura del campeonato, no me los tiro. Se me caen.

· Se’igual. Y eso ayuda a la digestión y a eliminarlos al aire libre.

· ¡Miren si inventan un detector de flatos y nos cobran otro impuesto!

· ¡Ni en pedo! ¡Uy! ¡Perdón!

· Siempre pensé que nuestros legisladores están al reverendo pedo.

· ¡Y cobran fortunas, che!

· ¿Habrá que hacerse vegetarianas?

· ¡Peor! Si nos la pasamos a poroto limpio, comiendo verduras y legumbres, vamos a parecer ametralladoras a repetición.

· ¿A ustedes nunca se les escapó uno en el gym o en la clase de yoga?

· En el gym no importa porque hay música fuerte y mucho ruido ambiente. En la clase de yoga es indisimulable. Lo he vivido. Pero he tratado de acompañarlo con una tosecita forzada, lo cual empeoró el panorama, a decir verdad.

· Es raro, ¿no? Cuando vemos un ternerito, un conejo, un cordero, un pollito o un chanchito, nos da ternura y ganas de adoptarlos. Pero a la hora de morfarlos, ni mosqueamos. Doble discurso. Doble moral.

· Rasgo típicamente argento.

· Disculpen que cambie de tema, amigas. ¿Ya armaron el arbolito?

· ¡No! ¡Mañana, Hilda! El día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

· ¡Ah, claro! El de la Primera Comunión. ¡Cómo olvidar el limosnero!

· ¿Limosnero? ¿Qué era eso?

· ¿No te acordás? Una bolsita de tela blanca donde los vecinos, amigos y familiares aportaban unos dinerillos.

· ¿Comunión a la gorra? ¡Qué plato! ¡Me había olvidado!

· Me parece que este año Papá Noel también va a pasar la gorra o el gorro. Eso de comprar el pan dulce en cuotas es un síntoma de la malaria imperante.

· Quévachaché. ¡Brindemos por nosotras, ni inmaculadas ni vírgenes! ¡Chin, chin!

Diario El Día de La Plata, 7/12/2025

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