Hoy, tal vez como nunca antes, sentimos que el futuro del planeta entero está en manos de un puñado de líderes mesiánicos, autocráticos, todopoderosos, que rigen el destino del mundo caprichosamente, de manera inconsulta, resguardando sus propios intereses personalísimos. Donald Trump, para citar un ejemplo. Un personaje que parece estar conduciendo un reality show –como lo hizo – esta vez desde la Casa Blanca. Arrogante, petulante, siempre listo para insultar, ofender, descalificar a todo el que no le rinda pleitesía, más proclive a levantar murallas que a tender puentes. Putin, otro, desatando una guerra absurda, sin medir las consecuencias. Individuos que no tienen límites, capaces de destruirnos a todos con solo apretar un botón. En algo estamos fallando como sociedades si no somos capaces de ponerles un coto para evitar semejantes atropellos. Por acción u omisión, la civilización está perdiendo terreno, con prisa y sin pausa.

Diario La Nación, 15/04/2025

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