• Chicas, tendremos que meternos los prejuicios en el tujes.
  • ¿Prejuicios?
  • Sí, prejuicios. Pensar que todas las rubias pulposas son huecas y tontas, por ejemplo.
  • Nunca dije eso.
  • ¿Ah, no? Siempre le bajaste la caña a Lulipop, y resulta que ahora es un oráculo que todos consultan. Ella se considera una guru. O gurusa. O gurisa.
  • Es que la pegó dos veces al hilo. Primero con los inesperados resultados de las PASO, y después con las restricciones al dólar.
  • “Cepo cheto” lo bautizó ella.
  • Tiene data, no me jodas. Alguien le da letra para que twitee compulsivamente.
  • Admitió que tiene tres fuentes, pero no reveló nombres.
  • ¿El ex, Redrado, será una de ellas?
  • No creo. A ése lo frizó hace rato. A economista muerto, economista puesto.
  • Ojalá la nombren Ministra de Economía en la próxima gestión. ¿Se imaginan? Siliconas y botox gratis para todas y todes. Yo me anoto.
  • No es la primera “plastic girl” que la pega. ¿No se acuerdan cómo la ex novia del difunto Fort lo puso en un apriete a Kici en “Polémica en el Bar”?
  • Porque estudia economía con peluquín Milei. ¿Se hará “la toca” ese economista?
  • O se lo bate. Ese peinado no es normal. Ahí adentro vive gente, no me jodas.
  • ¿Y qué, chicas? ¿No se puede ser sexy e inteligente? Ustedes de envidiosas.
  • Tenés razón, Ali. A veces las minas somos más machirulas que los tipos. Descalificadoras.
  • Ustedes disculpen, pero a mí me preocupan otras cosas. La propuesta del amigo del Papa, por ejemplo.
  • ¿De quién?
  • De Grabois, que propone la reforma agraria. “¡A desalambrar! ¡A desalambrar!”
  • Pero vos no tenés más de 5.000 hectáreas, Chela. No sos terrateniente ni latifundista.
  • No, pero tengo fondo. Como 50 metros. Hasta el corazón de la manzana.
  • No te lo van a expropiar porque hacés quintita. La trabajás. No es ociosa. Don’t worry!
  • ¿No atrasa un poco ese señor? Últimamente, el discurso de algunos me suena tan demodé, tan setentista…
  • No sé a ustedes, pero a mí me agarró la depresión post parto. Perdón, la depresión post Paso, quise decir.
  • ¡Qué fallido, Chela! Vélo con tu analista.
  • No puedo. Me di de alta.
  • ¡Qué viva! No funciona así.
  • Ya lo sé. Pero no me da el bolsillo. Y la obra social no me la cubre. Así que me aguanto la chifladura. Ajo y agua.
  •  ¿Te desilusionaste como la Chiqui Legrand?
  • No entiendo por qué pidió disculpas el día siguiente. Dijo lo que pensaba. ¿La habrán apretado de las altas esferas?
  • Puede ser. Se va de boca muy seguido. Incontinencia verbal.
  • Es que la lengua funciona más rápido que el cerebro.  Cada día tiene menos filtro la Reina Madre. Peligroso. Y no es la primera metida de pata.
  • ¿No será momento de retirarse?
  • ¡No! Se muere sin la tele. Es el aire que respira.
  • Pero podría viajar por el mundo, a lo grande. Patinarse toda la guita que hizo laburando desde chica, en lugar de dejársela a sus herederos, bastante vagos por cierto.
  • ¿Saben qué? Brindo por nosotros y nosotras, los “ciudadanos de a pie”, como nos llaman, testigos obligados de este descalabro descomunal.
  • Y así estamos. Más cagados que palo de gallinero. ¡Mozo! ¡Licor de huevo! ¡Chin, chin!