Entiendo que algo es mejor que nada, que lo ideal es enemigo de lo posible, pero viendo las estremecedoras imágenes de las rehenes liberadas por Hamas, y ese abrazo interminable con sus seres queridos, inevitable pensar qué despareja resulta esta “negociación”.
Imagino el trauma de estas mujeres tras haber permanecido cautivas durante 470 días, vaya una a saber en qué condiciones. ¿Torturadas? ¿Violadas? ¿Hambreadas? Ninguna película de terror se acerca a semejante atrocidad.
Curioso que mientras la humanidad avanza en tantas áreas, mientras nos ufanamos de los inimaginables alcances de la Inteligencia Artificial, aún existen organizaciones terroristas capaces de secuestrar civiles, y manejarlos como moneda de cambio, canjearlos cual mercancía, con tal de obtener lo que quieren.
El fin justifica los medios para el terrorismo, por viles e inhumanos que sean esos medios. No habrá nunca paz verdadera y duradera si no se pone fin al terrorismo, del color e ideología que sea.
Es tarea de los líderes mundiales abocarse a eso. No hay tiempo que perder. Es ahora. Antes de que sea demasiado tarde.
Diario Clarín, 21/01/2025