Chicas, ¿vieron qué romántico el posteo que hizo Mauro Icardi sobre su romance con la nipona?
Nada me interesa menos que ese culebrón turco. Harta me tienen esos tres mamarrachos.
Se los leo igual: “Ella, hermosa, valiente real. Yo, completamente enamorado. ¡Qué suerte la mía de tenerte a mi lado!”. En verso y todo. Un poeta el goleador. Me derrito.
¡Qué cursi! ¡Empalagoso! Maurito me parece un pollerudo. ¿Qué te juego que a la primera de cambio la China se aburre y lo descarta, como descartó a Bisbal, Cabré y Vicuña, en ese orden? A ella le gusta variar, ¿vieron? No le duran mucho.
Para mí que el pibe tiene un Edipo no resuelto. Más que una pareja, busca una mamaza.
Ahora pide la tenencia de sus nenas y se las quiere llevar a Turquía. Dice que Wanda las secuestró cuando las trajo a Argentina y las anotó en una escuela sin su permiso.
¿Alguien le preguntó a las pibitas qué quieren hacer, dónde y con quién quieren vivir? ¿O la opinión de ellas acaso no cuenta?
Hoy, que es el Día del Padre, lo autorizaron a pasarlo con las nenas en el bar del Chateau Libertador, de 13.30 a 17. Horario estricto, de fiestita infantil, y SIN la nipona.
No quiero ponerme oscura ni siniestra, pero esos papanatas están criando a dos hermanitas Shoklender. Todo vuelve en la vida. La ley del karma no falla. Es un boomerang.
Hablando de todo vuelve, ¿qué me cuentan de Cristina?
No se la ve mal. Al contrario. Sale sonriente todo el tiempo al balcón, baila, saluda, la aplauden, la vitorean, le hacen el aguante. Mucho más visible y protagonista que en los últimos tiempos. Salió ganando.
La procesión va por dentro, Isa. Tal vez no le cayó la ficha todavía.
¡Pobres vecinos! No quisiera estar en sus zapatos ni en sus viviendas. Ni la siesta pueden dormir con semejante quilombo, 24 por 7.
Si quiere seguir vigente y en contacto con su fandom, le conviene que le permitan cumplir con la domiciliaria en su barrio y no en el Calafate, su lugar en el mundo. Constitución está más a mano.
Para mí que los vecinos ya están juntando firmas para que se mude. Ni hablar de los que tienen comercios.
La que se muda del canal de Constitución o queda en la vía es la Canosa. Un suspiro duró el programa en el 13.
Se fue de boca. Embarró a medio mundo sin pruebas y arrugó cuando le tocaba presentarse en Tribunales y enfrentarse a Lizy Tagliani. Un papelón tras otro. Se cavó la fosa.
Seré curiosa, ¿qué dijo el Peluca sobre la condena a Cristina?
Como de costumbre, aprovechó para insultar a diestra y siniestra. “Periodistas corruptos, cómplices de políticos mentirosos, han quedado expuestos en sus operetas sobre el supuesto pacto de impunidad”. Ya se sabe que su expertise es ésa: atacar y ensañarse con quienes no le chupan las medias.
No es el único bocasucia. ¿Lo escucharon a Espert? Insultó mal a Florencia Kirchner en una charla en la UCA. Se fue al pasto y casi lo linchan. ¿Quién lo asesora en la campaña? ¿El enemigo?
Es que putear se ha puesto de moda. En la radio, el streaming, la tele, la política, el Congreso, la calle. Se degradó el lenguaje. Nadie usa eufemismos ni perífrasis.
¿Con qué se come eso?
Son formas suaves de decir algo duro. Indirectas.
¡Ah, ya me acuerdo! Pidan la cuenta, chicas. Yo voy al toilet a cambiarle el agua al canario. ¡Chin, chin! Diario El Día de La Plata, 15/06/2025
