Tras el batacazo de las últimas elecciones, yo le diría al presidente Javier Milei que no cometa el error de creer que tiene la vaca atada. En otras palabras, que no se agrande por el inesperado triunfo de La Libertad Avanza.
Los argentinos no estamos bailando en una pata ni tirando manteca al techo. No la estamos pasando nada bien. Muy por el contrario, estamos haciendo denodados esfuerzos para llegar a mitad de mes, para sobrevivir, para evitar que hijos y nietos emigren en busca de un futuro, para no perder la esperanza de mejorar nuestra calidad de vida de una vez por todas.
El resultado en las elecciones legislativas del 26 de octubre, señor Presidente, aumenta su responsabilidad. Ojalá usted y su equipo sepan reconocer, valorar y aprovechar este nuevo voto de confianza. Ojalá no se aísle y recuerde que la unión hace a la fuerza. Convoque a todos los líderes políticos, aún a aquellos que no coincidan con su ideología.
Destierre los insultos y burlas de su lenguaje. No más econochantas, ensobrados, mandriles… No denoste a quien no piensa como usted. Nada de eso suma sino que, por el contrario, profundiza la tan mentada grieta.
No todo es “macro”, Milei. No descuide la “micro”, las vicisitudes cotidianas del ciudadano de a pie. Intente transmitir algo de empatía, dé alguna muestra de sensibilidad. No somos fríos guarismos en una planilla en Excel. Somos personas de carne y hueso. La sociedad le acaba de dar otra oportunidad. No la desperdicie.
Diario Clarín, 03/11/2025