por Irene Bianchi
“Leitmotiv”, de Roxana Aramburu, protagonizada por Anahí Carnevale y Nazareno Iñíguez. Realización escenográfica: Oscar Vázquez. Fotos: Florencia Cariello. Puesta en escena y dirección general: Germán Crivos. Teatro Estudio, calle 3 Nº 386, entre 39 y 40. Domingo 20 hs.
“Mara” y “Lucio”, tienen una relación chiclosa. Van y vienen. Se juntan y se separan. No por ella, que está jugada, sino por él, que no termina de distanciarse de su ex.
Ella es verborrágica, graciosa, extrovertida, comunicativa, alegre, “muy pila”. A él, en cambio, se lo ve desanimado, taciturno, ensimismado, dubitativo, “pinchado”, conflictuado. De su boca salen frases típicas, tales como: “No sos vos, soy yo”; “Necesito tiempo”; “No sé qué me pasa”; “Vos te merecés algo mejor”, “No me presiones”, y demás excusas inverosímiles.
Anahí Carnevale es dueña de una gestualidad única. Su cara, su mirada, sus mohines lo dicen todo. Su Mara es creíble, tierna, espontánea, soñadora, chispeante, y no tiene un pelo de tonta. Su personaje, a diferencia del de su compañero, crece y evoluciona a lo largo de la comedia, se modifica para bien, se libera.
Nazareno Iñiguez compone un “loser” muy gracioso, un pusilánime simpático, un vivillo que se quiere quedar con el pan y con la torta, que miente y se miente, con tal de no salir de su zona de confort. Muy logrado contrapunto.
“Leitmotiv”, de Roxana Aramburú, es una obra fresca, para nada pretenciosa, que retrata con humor los vaivenes de las relaciones amorosas, los claroscuros, las contradicciones, los dobleces, las idas y vueltas de una pareja.
Mara parece obsesionada con la trama de “La novicia rebelde” (The sound of music), ese clásico del cine de la década del ‘60, protagonizada por Julie Andrews y Christopher Plummer, adaptación de la novela “La historia de los cantantes de la familia Trapp”. De hecho, la concepción escenográfica de la puesta, recuerda la cortina de cretona con la que el personaje de Julie Andrews viste a los hijos del Capitán.
Una de las más memorables canciones de ese film es “Edelweiss”, nombre de una flor emblemática de las praderas alpinas, que significa “blanco puro”.Tal vez Mara simbolice esa florcita salvaje, no domesticada, que crece en las alturas, bella y resistente, símbolo de valor y coraje, que prefiere su propia compañía antes que la de un hombre compartido.
Germán Crivos le saca el jugo a esta pareja de actores versátiles y maleables, alternando los ritmos y los climas con equilibrio, provocando la hilaridad del público.
“Leitmotiv”: cualquier similitud con la realidad, no es mera coincidencia.