Un año sin Lanata. Un periodista imprescindible, distinto, innovador, creativo, valiente. No hay nadie que le llegue a los talones. Un tipo esencial, cuya voz sería hoy tan necesaria. No tenía pelos en la lengua. No le tenía miedo a nada ni a nadie. Se jugaba en cada nota, en cada proyecto, en cada investigación. Formó gente, generosamente. Dejó una huella imborrable. Su análisis sin filtro de la realidad no hacía concesiones. Tarde o temprano, todos nos vamos a morir, pero algunas partidas prematuras dejan un hueco enorme, un vacío doloroso. Lanata rompió el molde, es absolutamente irremplazable y se lo extraña horrores. Ojalá desde algún lugar, pucho en mano, siga inspirando a los periodistas independientes.

Diario Clarín, 31/12/2025

Deja una respuesta