por Irene Bianchi
Si nos guiamos por la primera reacción, no parece. Detrás de esa algarabía impostada de la noche del domingo, de esa sonrisa forzada de Boudou, de esos ceños fruncidos y rostros adustos, de ese aplauso mecánico, ¿se darán cuenta por fin que mucha gente pide a gritos un cambio? ¿Que muchos estamos hartos de estar hartos, hastiados de este estilo autoritario, autosuficiente, antipático, autista? Hartos de personajes pendencieros como Moreno y D’Elía. Hartos de un relato divorciado de la realidad. Hartos del desprecio a los que pensamos distinto. Hartos del estilo crispado, confrontativo y de la gravísima división que sembraron en el seno de la sociedad. Hartos de funcionarios cuestionados amparados por el Poder. El candidato a concejal por el FPV de La Plata Gabriel Bruera, tras reconocer el aplastante triunfo del Frente Renovador a nivel local, realizó un llamado a la autocrítica y reflexión: “Si la gente eligió otra fuerza, nosotros nos vamos a sentar a hablar con todos”. Me pregunto: ¿Por qué no lo hicieron antes? ¿Por qué convocar a la oposición sólo cuando las papas queman? Suena oportunista no pluralista. Suena a manotazo de ahogado, en una ciudad en la que muchos conciudadanos literalmente se ahogaron el pasado 2 de abril, y otros perdieron todo, frente a la inoperancia, irresponsabilidad y desidia de los funcionarios municipales. ¿Les caerá la ficha de una vez por todas, o seguirán embelesados con su propio “modelo”? Veremos…