Chicas, ya tengo decidido dónde podemos ir estas vacaciones de invierno.
¿Sin consultarnos, Pili? Si pensás que a todas nos da el cuero para ir a Miami, olvidáte.
¡Que Miami ni Miami! ¡No! Ese destino es para grasas con guita. Descartado.
¡Mucho menos Europa, amiga! Ni para el pasaje de ida tenemos.
¡Tampoco! Mucho más cerquita. Cabotaje, digamos.
Tirános una pista.
Un lugar milagroso. Justo para vos, Negri, que sos tan chupacirios.
¡Ay! ¡Me asustaste con eso de chupa!
¿No fuiste acaso varias veces a la Virgen del Cerro en Salta? ¿O a ver a la Virgen del Rosario en San Nicolás?
Sí, ¿y qué?
¿Se te cumplió algo? ¿Algún milagrito?
Y … la verdad que no.
Bueno, en el destino que elegí, hay milagros garantizados. Posta.
Largá el rollo de una buena vez, entonces. ¡Basta de suspenso!
Amigas, attenti: nos vamos al Chaco en combi.
¿Al Chaco?! ¿Por?
¿Acaso no se enteraron del “milagro financiero” que vivió en carne propia el Pastor Jorge Ledesma? Resulta que tenía 100,000 pesos guardados en una caja fuerte, y cuando fue a buscarlos, descubrió que se habían convertido en verdes.
¡Uy! ¿Tenían moho? ¿Los arruinó la humedad?
¡No, Negri! Se transformaron en dólares americanos. Como por arte de magia. ¿Se entiende?
¿Y cuál es tu plan?
Que vayamos a su templo, “Portal del Cielo”, llevemos pesos y traigamos Washingtons.
¿Está chequeado eso, Pili? ¿No te suena a cuento chino?
¡No! Este es uno de los tantos milagros que logró Ledesma. Dicen que un ciego recuperó la vista, y una mujer, mientras rezaba, recuperó un dedo amputado; convirtió un anillo de plástico en uno de diamantes; apareció polvo de oro de la nada; un paralítico largó las muletas y salió bailando. ¡Increíble!
“Éramos pocos y parió la abuela”. Como si no hubiera temas más importantes que resolver, ¿no? ¡Qué manera de perder el tiempo, che!
No te ofendas, amiga, pero yo no me sumo a esa dudosa excursión. Paso. No voy a arriesgar los pocos ahorros que tengo con ese chantapufi milagrero.
¿Y el Presi se tragó ese bolazo, Pili?
No sé, pero creo que son amigos.
Dime con quién andas …
¿Será un templo el de Ledesma, o una mega lavandería?
Que lo investiguen. Y ya que están, que nos expliquen qué había en las diez misteriosas valijas que llegaron en un avión privado a Ezeiza, y pasaron como en un tubo.
“Dejá vu” de Antonini Wilson y de los Bolsos de López en el convento. Este íspa es una joda. Merecemos la extinción.
“Verde, que te quiero verde”, poetizaba Lorca. ¿Y si brindamos con unos buenos mojitos’ ¡Chin, chin!