por Irene Bianchi
* ¡Ay, chicas! ¡Estoy que reviento! Hoy todo light, eh, para compensar los excesos de Nochebuena. Estas dos fiestas tan pegadas atentan contra la silueta.
- Yo no me resisto a las sabrosas sobras. Todo es más rico al día siguiente.
- Eso si te entran. Yo entre el 25 y el 31, ayuno para hacer lugar.
- Pero no es necesario atosigarse, Pochi. Hay que probar de todo, pero poquito.
- Es más fácil decirlo que hacerlo, Mona. Además, si no le como todo a mi suegra, se ofende. “¿No te gustó, nena?”, me pregunta con tono de idishe mame
- Pero tampoco se puede tirar por la borda el esfuerzo de todo el año. Tanta dieta, tanto gym. Todo en su medida y armoniosamente.
- Me suena. ¿Desde cuando citás al General?
- Aclaremos los tantos. El General no la inventó. Esa frase figuraba en los frontispicios de la antigua Grecia. Los libros no muerden, burra.
- ¡Uy! Saltó la erudita. ¿Qué te trajo Papá Noel? ¿ La Enciclopedia Británica ?
- La pifiaste. Lencería erótica me trajo. Tomá pa’ vos.
- Seré curiosa: ¿para usarla en soledad? ¿Vino con algún juguetito ad-hoc?
- Por las dudas, no te muerdas la lengua. No sea cosa que te envenenes, Chuchi.
- ¡Chicas, que no se diga! ¡Cuánta agresión! ¿Así van a empezar el año?
- Es que ella me carga, como si le sobraran los pretendientes. Miren quién habla
- ¿Por qué mejor no compartimos lo que deseamos para el 2010?
- Canté pri. Yo quiero estrenar novio.
- A estrenar, olvidáte, ilusa. Conformáte con un “segunda mano en buen estado”, con la VTV aprobada.
- Es que para pedir, hay que hacerlo a lo grande. Siempre hay tiempo para bajar.
- Entonces yo pido sacarme la lotería.
- Empezá por comprar un billete, Mecha. Si no, medio difícil.
- Yo me haría toda de nuevo. De cabo a rabo.
- Mirá que las cirugías no borran el almanaque. Además, acá en el After, toda estirada no te damos cabida.
- Más que dinero y amor, pidamos salud, chicas, que a nuestra edad ya hay más del otro lado que de éste.
- ¡Tocáte la izquierda, mufa! ¡La boca se te haga a un la’o!
- No es de mufa. Soy realista. Estamos en un momento de la vida en que, si no nos duele nada al levantarnos, es porque nos llamó el Señor.
- Yo- a Dios gracias- todavía tengo otros señores que me llaman, así que no me lechucees, Eduvijes.
- No acapares, angurrienta. Si te sobran, repartí.
- Repartir, no. A lo sumo, puedo com-partir.
- Ustedes dirán que soy muy pretenciosa, pero yo me conformo con desear un país en donde haya más trabajo; médicos, docentes y policías bien pagos; hospitales y escuelas mejor equipados; más seguridad; respeto por las minorías; diálogo civilizado y conciliador entre los políticos; menos ñoquis; menos corrupción; más investigadores; calles menos rotas; veredas más limpias; espacios públicos más cuidados; edificios históricos mejor mantenidos; más arte y menos telebasura…
- ¡Pará, fanática! ¡Respirá! No te abuses de los Reyes Magos.
- ¡Amigas! ¡Todo lo mejor para el 2010! ¡Y mucho más! ¡Chin, chin!