por Irene Bianchi
- ¡Chicas! ¡Estoy chocha! Renové el registro. Una amansadora, que ni les cuento.
- ¿A ver? ¡Ay, Pirucha! ¡Qué poco favorecida saliste en la foto!
- Es que te la sacan de arrebato, sin que te des cuenta. Ni tiempo de arreglarse.
- A esos trámites hay que buscarles el lado positivo. En la espera conocés gente.
- Sí. Yo me puse a charlar con un caballero, pero cuando se le escapó que él lo renueva todos los años, le eché flit. Jovatos abstenerse.
- ¡Guarda que habló la pendex! Y a vos, ¿cuándo te toca otra vez?
- Recién en el 2014. Qué lo parió, diría Mendieta. Parece ciencia ficción. ¿Se acuerdan de la película de Stanley Kubrick “2010 Odisea del Espacio”? Todo parecía tan lejano…
- No sé si llegás al 2014, Pirucha, porque según las profecías mayas, en diciembre del 2012, se viene “la fin del mundo”.
- ¿En serio, Fanny? Entonces no hay tiempo que perder. Hay que quemar los últimos cartuchos como sea y con quien sea.
- La pólvora está húmeda y no tenemos mecha, Mecha.
- No se den manija, chicas. También se dijo que todo se acababa en el 2000, y aquí estamos, vivitas y coleando, así que…
- Sí, pero vamos de mal en peor, Teté. Pareciera que el planeta tiene ganas de sacudirse, como mi pichicho recién bañado, sacarse de encima esta molesta humanidad, barajar y dar de nuevo.
- ¿Vos decís? Nosotras ya estamos amortizadas. ¿Quién nos quita lo bailado?
- Hablando de bailar, el programa del Cabezón se fue a los caños. Mr Músculo y el ex Alfano casi se van a las manos, ¿vieron?
- Yo tengo una teoría al respecto. La tele abierta se ha vuelto deliberadamente narcótica. Es un estupefaciente que nos estupidiza. Nos adormece las neuronas, anula nuestro discernimiento y nuestra mirada crítica. Estamos todos anestesiados, atontados, distraídos, zombies, presenciando peleas berretas, semi-guionadas, de cabotaje, mientras se nos quema el rancho.
- ¡Qué rebuscada, Lucre! Es un entretenimiento. Además, cuanto más se pelean esos personajes, menos nos peleamos en casa. No hay tiempo.
- Admitílo, nena. Showmatch es lo más parecido al Circo Romano que hay en la actualidad. Así como los emperadores tiraban a los cristianos a los leones, Tinelli arroja a sus figuritas a la pista para que se despedacen entre sí, mientras la producción se relame y factura sin parar. Y todos los que lo miramos somos cómplices de la masacre.
- ¡Qué exagerada! ¿Para qué existe el control remoto? No somos rehenes.
- Es cierto, pero todos los otros programas no hacen más que regurgitar el conventillo, de modo que no hay escapatoria. Lo terminás consumiendo sí o sí.
- ¿Vieron que hay gente que propuso un apagón masivo de celulares para protestar contra un nuevo impuesto? ¿Por qué no nos ponemos de acuerdo y apagamos todos la tele?
- ¿Ponernos de acuerdo? ¿Los argentinos? El día que las vacas vuelen.
- Hagamos como los alcohólicos: sólo por hoy. Apaguémoslo de a un día por vez.
- ¿Y perderme “Valientes”? ¡Ni loca!
- Entonces, “ajo y agua”. Sigamos alimentando al monstruo, hasta que nos devore del todo. ¡Burp, burp! ¡Chin, chin!