Obvio. De eso vivo. ¿O pensás que con la miserable jubilación que cobro lleno la alacena?
No, te preguntaba por si le podías dar unas clases de conversación a Lali Espósito. Se hizo la canchera champurreando un English tarzanesco que dio vergüenza ajena. Propia no, porque la mini cantante pop ni mosqueó. Rostro de piedra.
Ojo que con Mauri están cabeza a cabeza. Tanta guita que invirtió Franco en colegios carísimos, y la pronunciación de Mr President es horripilante. Me hizo doler los oídos.
¿Peor que la de Cavallo?
¡No! Pero le pega en el poste. Cabeza a cabeza.
Arma bien las frases Macri, pero los sonidos son prehistóricos.
Dicen que hay que tener oído musical para hablar bien un idioma extranjero, y ya vimos cómo ladra Mauricio cuando se hace el Fredy Mercury. Es coherente.
¿Lo vieron bailando en Nueva York?
¡Me estás jodiendo!
¡No! ¡En serio! La sacó a bailar a la filántropa Adrienne Arsht, mientras sonaba Frank Sinatra.
Poco serio, ¿no?
Y bueno, se tomó un recreíto.
A mí no me causa gracia. Como lo del flan. No son tiempos de frivolidades ni banalidades. No está el horno para bollos, chicas.
Mientras no se sume a la patética troupe del Bailando.
¿Viste que era cuento chino eso de que el programa del Cabezón iba a ser “paz y amor” este año? Ya se agarraron de las mechas, de las extensiones y de las siliconas.
Están nerviosos porque el rating no los acompaña. Y el pícaro de Ortega ahora arranca más tarde con “100 días”, para competir en la misma franja horaria, ¿vieron?
Otro “paz y amor” es el mini Ottavis. ¿Vieron el videíto que subió a las redes?
¡Sí! ¡Está super místico! Lo van a canonizar en cualquier momento.
A favor suyo, reconozcamos que renuncia a sus fueros como diputado provincial, para que se lo investigue. En una de ésas, los demás se copian.
Sería un milagro. Es más probable que Mauri afine, a que los otros lo imiten.
Ottavis dice que estuvo un año sin sexo.
¿Y nosotras, qué? No quisiera ser indiscreta, pero aquí hay más de una que hace rato no le ve la cara a Dios.
¡No seas hereje!
Es un decir. Pero ahora que todos se llenan la boca con el “poliamor”, se lo pasan contando guita delante de los pobres.
Unas mucho, y otras nada. Mal repartida la cosa.
Nosotras no haremos ostentación de poliamor, pero bien que somos versátiles, chicas. Profesionales, amas de casa, madres, abuelas; hacemos malabares para administrar las finanzas, nos ocupamos de nuestros padres jovatos, nos embanderamos con causas justas, vamos a las marchas, le ponemos el pecho a las balas. Minas empoderadas si las hay.
Necesitaríamos un cambio de pechos, ¿no? Los nuestros están caídos y cascoteados.
Olvidáte. Con el dólar a 40, mejor compráte unos cuantos “push-ups.”
Volveríamos a los corpiños armados de nuestra adolescencia. Los “Virtus”, ¿se acuerdan?
Hacían “plop” cuando bailábamos los lentos, apretaditas a nuestros compañeritos.
Pensándolo bien, el baile de Mauri en New York es un estímulo para que vuelvan los lentos.
¡Ay! ¡Qué nostalgia! ¡Cómo extraño Macondo!
Igual, bailaríamos entre nosotras, porque los tipos o están chacabucos o se están mudando en masa a la Quinta del Ñato.
¡Ay! ¡Tocáte la izquierda! Brindemos por nosotras, las Polirrubro ¡Chin, chin!